Pierre
Menard autor del Quijote
Largas exposiciones han
surgido de la narración que Jorge Luis Borges hace en torno a la figura del
Quijote de Cervantes, a saber Pierre
Menard autor del Quijote. En una lectura ingenua de este texto se puede
enmarcar como eje central la idea de que Borges alude a la tan mal vista acción del plagio en el mundo
literario, sin embargo, en la multiplicidad de interpretaciones que el texto
pueda tener, existe una premisa que de manera contundente pareciera la
interpretación “más acertada”: el derecho de autoría de un texto que sobre él
tiene el sujeto al decodificarlo y con ello recrearlo, así como la riqueza y la
complejidad que este acto encierra.
Al mirar este texto
como lo sugiere Milagros Ezquerro el mensaje de fondo de esta lectura se hace
aún más evidente, de tal suerte que si se recurre a la lectura analítica
quedarán dilucidados varios aspectos. En primera instancia Pierre Menard autor del Quijote es un texto publicado en 1944 cuyo autor (Borges) posee una gama amplísima
de lecturas tanto directas como indirectas, dichas lecturas no refieren
únicamente a libros sino a la realidad, estilo e idiolecto son pruebas de ello.
Por lo tanto el receptor de este texto debe compartir de manera previa los
códigos lingüísticos y extralingüísticos del texto y es, precisamente en este
punto, que el autor le otorga al lector una herramienta de peso para la lectura de la mayoría de sus textos: la ruptura entre
lo real y lo fantástico.
Al inicio del cuento
las omisiones hechas por madame Henri Bachelier parecen no tener ninguna
relevancia como pareciera no tenerlo la misma madame Henri Bachelier. Sin
embargo, tanto las omisiones como la madame
marcan un referente en la lectura de Borges que el lector debería conocer para su interpretación ¿existió
Madame Bachelier?[1]
¿La lista de obras visibles[2] de
Pierre Menard tienen alguna relación directa con el propio Borges o con su
realidad? ( aunque si como base tenemos
el texto Pierre Menard autor del Quijote)
la “obligación” podría no tener tanto fundamento.
Del mismo modo en que
las omisiones y la Baronesa Bacourt tienen un papel nada azaroso la elección de
capítulos elegidos del Quijote para la reescritura de Menard tampoco es
fortuita. El capítulo IX del Quijote de Cervantes narra el origen de la
historia del Hidalgo manchego que curiosamente alude al papel que como autor
tuvo que tener éste para serlo, es
decir, el papel de lector ( de lector bajo la premisa de una historia
traducida). Y a la par de ese supuesto
otro punto importante del significado de este capítulo es la visión del
palimcesto, que en mi opinión, no aplica en Menard dado que él no busca
escribir sobre el Quijote o reescribir el Quijote sino escribir el Quijote. Puesto que, a pesar de que los textos son
idénticos en grafías, el escrito por Menard difiere mucho del de Cervantes. En
lo que atañe a la cita en la que Borges
ejemplifica lo anterior, se lee casi con asombro que la historia no es lo mismo
para los dos autores del Quijote, mientras que para Cervantes es un proceso y
si acaso un indicio se lo sucedido para Menard la historia es el origen de lo
que vivimos, el origen centrado en el punto de lo que creemos que sucedió.
Al hacer uso de esta
parte del Quijote en el texto Borges no sólo nos cuestiona la veracidad de la
historia, de la verdad o del tiempo sino que también, pone en tela de juicio el
carácter “fijo” de una obra literaria así como la concepción del autor y de la
originalidad del texto. De tal modo que no sólo se puede hablar de dos
versiones del Quijote, la de Cervantes y la de Menard sino que éstas existen en
función de los lectores que del Quijote existan.
[1]
Como anécdota del autor de este cuento se dice que solía pasar cierto día de la
semana en reunión de té con ciertas damas de la Argentina.
[2]
Borges es tan acertado en hacer uso de esta palabra que incluso lo marca en
altas: lo que el canon dice que escribió Menard con las manos y no lo que
escribe en el acto de la lectura.
Hola, me pareció un buen trabajo sobre el texto, la tesis que derivas es clara y rica, sin embargo, cuando aludes al palimpsesto y su poca relación con la obra y el autor, considero que podría ser erronea, ya que precisamente Borges no enumera las obras visibles y algunas características de Menard inocentemente, sigue un progreso cronológica de interés y conocimiento, por otro lado su extraño hábito de quemar sus escritos para no perpetuar ningun rastro de su trabajo, alude a eliminar todo rastro de otro personaje que no sea él. La conclusión del texto alude a la riqueza con la cual contribuyó Menard, el arte de leer deliberadamente, apropiandose del texto. En fin, al menos eso creo.
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