jueves, 29 de marzo de 2012

El tabú en la literatura realista de Pedro Castera

Encontrar dentro de la lengua española una estructura que ayude a explicar fenómenos socioculturales implica pues todo un proceso cognitivo del que muchas veces el hablante no es consciente. A lo largo de la historia y en numerosas ocasiones hemos sido testigos del peso que la palabra ejerce en nuestra sociedad humana dando pauta a la creación y al análisis de eufemismos o encubrimientos que nos facilitan acercarnos a nuestra realidad, o en su defecto, pasar de largo por esta.
A través de este escrito se expondrá de manera breve la importancia que posee el tema del tabú como eufemismo y marcador social en el cuento En plena sombra de Pedro Castera para lo cual se considerará la teoría semántica de Ullman y la teoría de Luis Fernando Lara.
Dentro de las seis causas que originan el cambio de significado en la teoría semántica de Ullman se encuentra en su apartado número cuatro el aspecto psicológico que implica en sí, entre otros modificadores, el tabú: tabú del miedo y el tabú de la decencia. Lo que nos lleva a realizar la primera interrogante ¿qué es el tabú? En palabras de Ullman diremos que “tabú es una palabra de origen polinesio que introdujo el capitán cook a la lengua inglesa, de donde pasó a otras lenguas europeas. El término tiene un significado muy amplio; pero en general, quiere decir que una cosa está prohibida” ahora bien entendida la visión de tabú que hace Ullman ¿qué tiene que ver esto con una narración realista de fin de siglo XIX?
1882, año en que vio la luz Minas y Mineros de Castera; En plena sombra es un cuento breve en el que se dan a conocer las peripecias de una pareja de exploradores, amo y sirviente que debido a la torpeza y/o omisión lingüística terminan atrapados a falta de luz en una mina inmensamente oscura y llena de los más grandes peligros: los pensamientos y miedos de sus cautivos habitantes. Cabe señalar que la relación amo-sirviente expuesta en el texto se conoce únicamente gracias al uso de la lengua, no sin entender que dicho vínculo nace entre el minero y un hacendado (?) por causa de enfermedad:
“Regresaba yo del Real del Espíritu Santo, cuando una fiebre amarilla me detuvo en el pueblecillo […] En mi convalecencia conversaba algunas veces con el dueño de la casa […]
-¿qué tales minas conoce usted por aquí, Manuel?
- ¿Válgame Dios, amo, todavía está pinto de la jiebre y ya quiere minas! “
A primera instancia se queda expuesto el hilo tejido entre el amo y el minero. Y así, es también el uso de la lengua quien “delata” la posición de cada personaje ya que, independientemente de la mención del sustantivo amo se lee en el habla del minero Manuel un estrato social que para nada se dibuja en las líneas del hacendado (?):
“-Tengo dos o tres tuzeritos y una que creo ha de ser güeña.
- Eso quiere decir que usted no la ha visto ¿tiene agua?
- No, siñor. No le hace agua, no más que la que le entre por el arroyo.”
Una vez establecido el corpus y se hablara de las nociones del mismo es menester volver un poco al marco teórico que esta hipótesis presenta, así, dejando clara la posición social y el marco que de ésta se valdrá el texto para posteriormente mostrar fenómenos liinguisticos como eufemismos por tabú. Si bien ya tenemos claro que tabú es algo que está prohibido para ser dicho ¿ qué es un eufemismo? ¿cómo se liga éste con el tabú? Para responder a esta interrogante Luis Fernando Lara dice: “el fenómeno social y lingüístico del tabú, consiste en creer que, porque hay relaciones de participación entre la naturaleza de ciertos animales, plantas, objetos e incluso personas y miembros de la sociedad o grupos de ella, y los vocablos que los significan, no deben pronunciarse, so pena de recibir castigos o daños quien lo haga”
Eso como refuerzo al concepto de tabú ya establecido por Ullman; en cuanto a eufemismo éste según la RAE constituye: Manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante.

De tal suerte que como consecuencia al tabú surge el eufemismo, pretendiendo que lo callado en la primera parte se consolide a través de la construcción de nuevas nominaciones a través de la segunda:
“ […]- ¿por qué hombre?
-Porque los murciélagos son jijos del malo
- ¿de quién?
- ¿Pos de quién ha de ser? Del Diablo.”

Vemos claramente cómo es que Manuel el minero, hace uso del tabú del miedo para evadir la mención del diablo en su eufemismo adjetival el malo. Lo cual refleja toda una ideología detrás encubierta por la religión dominante que forjó a la sociedad colonial y ulterior a la guerra de independencia de México.
De este modo queda expuesta la importancia que el lenguaje en la narración de Castera brinda (sin quererlo o queriéndolo) en la literatura realista; mostrando más que eufemismos, mostrando toda una bifurcación sociocultural que era espejo de la sociedad descrita de modo tan fiel en la literatura realista de fin de siglo XIX y principio de siglo XX.



BIBLIOGRAFÍA
Castera, Pedro (1882). Las Minas y Los Mineros
Lara, Luis Fernando. (2001) Ensayos de Teoría Semántica. El Colegio de México
Ullman, Stephen. (1976) Semántica. Introducción a la ciencia del significado

1 comentario:

  1. No veo la polémica de la investigación. El tabú y el eufemismo quedan apenas mencionados, pero lo más grave es que no hay ninguna relación entre estos conceptos y el texto, salvo una mención al diablo y a la cueva, y a la enfermedad del personaje principal. Creo que te quedaste en la entrada del análisis.

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